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sábado, 25 de junio de 2011

CÓMO HACER PARA OLVIDAR


Escuchen el video en la voz de María Estela Muñoz (yaraby)

Me pregunto cómo hacer para olvidar
cuando el corazón se empeña en revelarse;
cuando despelleja los instantes de esperanzas
y las heridas tardan en cerrarse.

Cómo olvidar el gesto complacido
y la buena costumbre de abrazarse;
cómo olvidar las promesas proclamadas
y la dicha infinita de besarse.

No es fácil desplazarse libremente
por los escalera sinuosa del sentido,
si aceptamos vestir con la mortaja
que nos brinda la aspereza del olvido.

Es demasiado difícil reinventarse
y vivir sin lo que tanto se ha querido,
acostarse en la cama de recuerdos
y despertarse como un náufrago perdido.

Es tan intenso el amor cuando nos llega
que no pensamos que no existe nada eterno,
y al llegar el instante de alejarnos
nos golpea en la cara el sufrimiento.

La vida es un constante aprendizaje
y hay realidades que aprendemos sin tropiezos,
pero aprender a olvidar cuando se ama
es intentar asesinar los sentimientos.

No obstante, aunque duelan las espinas
de la rosa de amor rota sin mieles,
es necesario asumir la despedida
para no morir de amor que no se muere.

Aprendemos duramente a navegar
por los mares difíciles del tiempo
y dejamos jirones de la vida
en la lección más difícil que aprendemos.

Escondemos el rostro en el silencio,
nos negamos a mirarnos al espejo,
y caminamos sin rumbo abriendo surcos
sobre las escarpadas rutas de los sueños.

Cómo hay que hacer para olvidar
después que se ha vivido tan intenso
creo que hay que aprender a reinventarse 
mientras el paso del tiempo, oficia el  resto.
  
©2011
Alma Mateos Taborda (princesa azul)

jueves, 9 de junio de 2011

LA ANCIANA

Disfruten del video que es una brillante realización de Fausto de México. Poema recitado por la autora.



Alma Mateos Taborda (princesa azul)

Aunque siente aullar la nieve en almanaques
y el espejo desaprueba en retirada,
aunque su piel luce grietas por el tiempo,
ella aprendió a reinventarse en las mañanas.

Aunque sus pies se desplazan inseguros,
sabe elegir el lugar de las pisadas
y descubre sin querer, por ser tan obvio,
que la indiferencia no entiende nunca nada.

A pesar que nadie escucha cuando habla
y otras voces interrumpen su lenguaje,
no sabe porqué sobran sus palabras
y por qué debe ponerles un blindaje.

Sumida en malestar disimulado
procura sortear tanta miseria humana…,
y se apoya en su bastón abetunado
para andar hablando a solas por la casa.

Da rienda suelta al tropel que la desborda
cuando no puede contener algunas lágrimas,
mientras dicta una sentencia abarcadora:
quizás un día dirán…, que hacía falta.

Mientras tanto…, ve a la luna cada noche
rodar lento como rueda su nostalgia,
sin que nadie la comprenda dulcemente
y que todos la prefieran como estatua.

Algún pájaro nocturno le regala
un pentagrama nostálgico de trinos,
sin saber cuánto conmueven a la anciana,
que ha comenzado a vivir entre suspiros.

La embarga la tristeza cada noche
cuando el insomnio le gana las espaldas,
pero suele caminar a trompicones,
evitando convertirse en un fantasma.

Marchitó el tiempo, los lirios de su carne,
pero hay un largo inventario en su memoria
de recuerdos y de sueños imborrables,
donde el alma sin edad, carga la historia.

Desde su propio interior en precipicio,
se resiste estoicamente a la inclemencia
y quisiera gestionar desde el olvido,
que le fuera concedida alguna audiencia.

Diástole y sístole laten con cansancio
y sobreviven a la hora del silencio…,
más…, se irá seguramente perdonando
y estampando su firma con un beso.

©2011 Alma Mateos Taborda (princesa azul)

© 2011