Escuchen el poema en la voz de María Estela Muñoz (yaraby)
No moriré de amor en esta tarde
en que asoma sus narices el otoño,
ni seré otra hoja seca bajo el viento
a la deriva con un vuelo tan bisoño.
Fortificaré mi sabia sin temores
y floreceré otra vez en primavera.
No gemirá mi amor en tu ventana;
ni un silencio de pájaros heridos
te contarán mi ausencia y mi tristeza,
pues iré por el camino del olvido.
No volverás a saber que te he querido
ni sabrás de las lágrimas que vierta.
No moriré de amor…, ni lo pretendas...,
renaceré desde el calor de mis cenizas
y sentirás sobre tu alma la tristeza
al marcharme sin mediar una protesta.
No volveré sobre el camino recorrido
porque andaré por los caminos del olvido.
No moriré de amor en este otoño
ni pintaré mi ánimo de sepia
porque al final soy yo la que abandono,
porque al final soy yo la que se aleja.
No moriré de amor, porque se muere
la luz que un día se encendió en tu vera.
No moriré de amor en este otoño
de rosales parturientes que en la tarde,
abrirán sus pimpollos apretados
cuando el gris de la llovizna ladre.
¡No moriré de amor porque se muere
aquél afán que tenía de esperarte!
©2011Alma Mateos Taborda (princesa azul)